Rincón del escritor!



Bueno chicas y chicos, como la idea de tener un espacio para que ustedes nos compartan sus escritos fue tan comentada y apoyada por ustedes, aquí les tenemos... *redoble de tambores* 


Hemos decidido que colocaremos en la entrada todos los escritos en orden de antigüedad, así que los mas recientes estarán mas arribita. Los invitamos a que los lean y opinen en los comentarios *recuerden escribir el nombre del autor para que se pueda guiar con los consejos que le den*


En Movimiento

Debería empezar con una mujer entrando a una cafetería, sacudiendo su sombrilla. Dejar que se enfoque en las lágrimas que se limpia, las que ve en el suelo, las que caen de su abrigo. Según su abuela, esas que ahora se secaba eran las lágrimas de dios, ella en realidad nunca lo entendió pero con levantar y volver a bajar su cabeza era suficiente señal para la aprobación de su abuela, la cual no era necesaria, pero sí podía evitar la golpiza por pensar, no diferente, sólo pensar. Luego de esto, se podría mostrar a esta mujer caminando lentamente hacia una mesa. Esta está específicamente escogida. Está contra la pared derecha de la cafetería. No hay baño o pasillo por donde pueda pasar alguien más, la siguiente mesa se encuentra lejos por la falta de baldosa del suelo del establecimiento. Y en la parte de atrás, donde debería ir otra mesa, no la hay porque nunca se hizo el esfuerzo para completar el pedido de la docena de mesas. La mujer astuta saca beneficio de la ineptitud de sus vecinos, los caminadores, los roedores, los que viven en el mismo mundo con ella, pero no participan de su intrépida investigación sobre la naturaleza humana. Por su mesa, es la única forma de salir hacia las demás, lo que la permite ojear cada plato de comida, cada orden que sale y reflexionar sobre por qué come eso esa señora a esta hora del día, por qué con tanto calor, algo frío. El por qué siempre la asustó, pero la atemorizaba no preguntárselo. Después de esto; de estar sentada en su única mesa, en la de ella, de donde se había tenido que retirar y no comer en todo el día, por estar ocupada o con rastros de otros transeúntes que ignoraban la suerte que habían tenido por haberse sentado allí; ella siempre pedía un café, o un chocolate, o un vaso de agua, o una servilleta. Realmente no importaba qué pidiera con tal de ser escuchada. Muchas veces pedía sólo para volver a sentir el contacto humano, aunque hambre o sed no estuvieran en su cabeza. Esta vez fue un café. Justo después de pedirlo, espera a que el hombre de la registradora se devuelva y siga con la ilusión que puede realizar varios trabajos y hacerlos todos bien, espera que se devuelva después de pedir la cuenta de la mesa en la parte inferior de la cafetería. Pero no se mueve, sigue sin moverse y la pequeña cuchara que está destinada a no ser lamida, sino tan sólo calentada, empieza a golpear la taza, no porque quiera que la atiendan más rápido, sino porque su cuerpo le pide que se exprese de alguna manera, pero ella no lo puede hacer. No sólo así como así. Tiene que hacer algo que sea suave, pero relajado. Golpear la cuchara al principio parecía fácil, y se convenció a sí misma que no incomodaría a los demás, pero después de tres golpes nerviosos y repetitivos, el hombre corre hacia ella y pide disculpas por la tardanza. Pero ella no quería eso. Su café ahora está destinado al sabor amargo del perdón, de las gracias, de todos esos sentimientos, que según ella, eran impuros y mal habidos. No podría disfrutarlo de la misma manera, simplemente no podría. 
Al fin se relaja, y su sombrilla ahora cuelga sobre el espaldar de la silla que no está ocupando y sigue estudiando cuidadosamente las lágrimas de dios. Sigue sin entender. No le preocupa. Es más, se alegra. Sólo aquello sin entender es millones de veces mucho más preciado que aquello ya conocido. El hombre se aleja después de escuchar su pedido de leche tibia para revolver con el café amargo. Mientras el hombre se acerca a recoger la leche, la campana, la pequeña usurpadora suena una vez más anunciando la llegada de otra pobre alma que busca refugio de la abundante lluvia, de la amable, y mal advertida lluvia. El hombre se demora una vez más mientras se saludan y se dan besos muy pequeños al costado de la boca, en las mejillas. Eso es estúpido, piensa. Si quieren besarse, que lo hagan, no hay por qué mantener el deseo y restringirlo a un beso escondido con sabor a quiero olerte más, quiero sentir más de tu persona. En fin, sabe que al terminar de saludar, su café será aún más amargo, pues predice que el hombre se volverá a disculpar, y cómo lo predijo, sucedió. Vuelve a disculparse, y ahora el café es repugnante, es asqueroso, simplemente no puede ni tomárselo, ni verlo, ni saber que se encuentra en la misma mesa donde ella está. Intenta ignorarlo, pero no puede. Sabes qué, café, se dice, pues te ignoro, no me apeteces. Sí, eso dije. No me apeteces y es mi última palabra. La respuesta es correcta. Felicitaciones, eres la gran ganadora. Deja esos pensamientos, se repite. Abre el periódico y la primera página relata la trágica muerte de un actor de fama internacional, amado por todos, considerado una pérdida nacional y tal vez hasta mundial, un actor del cual ella nunca había escuchado. Su muerte y las condiciones de la misma, no son importantes para ella. Así que el vómito producido por la borrachera y el dormir boca arriba quedan en el futuro que alguna vez fue pasado, para proseguir a doblar la hoja. Horóscopo. Pasa las hojas rápidamente y al fin, después de mucha ignoro, ignoro, ignoro, se encuentra con las caricaturas; la única parte de los periódicos que soporta. A punto de empezar la mejor ignorada de su vida, hay una mujer mirándola por la ventana. La mira tan fijamente que no puede controlarse y una lágrima se escapa por su ojo izquierdo, recorre su mejilla tantas veces medio besada, pero nunca acariciada para al fin alcanzar la punta más recóndita del periódico. Aquí, ella baja la cabeza y espera a que se sequen sus lágrimas, en realidad su única lágrima, y se siente tan ligera por haber derramado esa lágrima que hasta considera tomar del café que pidió pero decidió no tomarse por un bochornoso acto ajeno. Volvió la mirada una vez más, y ella seguía viéndola. Se preguntó si podía ser de la tintorería, de la peluquería; había tantos lugares que no visitaba, le resultaban familiares, y las personas terminaban por confundirla con quienes sí iban. Era una conspiración entre su cerebro y el resto del mundo. Luego de dos segundos, la mujer se destapa, y revela que se miraba a sí misma. Qué tonta me siento, pensó. Creí que la mujer me miraba con recelo, porque yo tenía un café aún caliente, y ella mientras tanto seguía mojándose. Eso hubiese sido mejor que mirarse a sí misma. La mujer narcisista no procura su esfuerzo y al mirarse nota un flequillo en su pantimedia, y sin percatarse, al acomodarlo, la sombrilla la traiciona por ser tan narcisista, y el agua penetra la región antes custodiada por la fiel y leal sombrilla. La cara, la expresión de esa mujer en su rostro era de torpeza y alegría, pero no podía ser así. No puedes ponerte feliz por eso, pensó. Tal vez sí me está siguiendo y está conspirando con mi cerebro, pero no puedo pensar dentro de mi cabeza en voz alta, porque tal vez me escuche y mande a retroceder. Debo actuar calmada, como si nada pasara. Y es que nada pasa. Mírenme todos, estoy tomándome este horrible café con sabor a lástima, y no pasa nada, absolutamente nada de nada. La mujer reflectada se ha ido y ahora puede volver a odiar su café. Es mejor, se siente más tranquilla y más ella. 
Las campanas de la iglesia cercana suenan y la transforman en un Déjà vu andante, piensa de nuevo en cuando se consideraba extraña y consideraba normales a los otros que no tenían reuniones en los parques centrales de la ciudad. Eran tan extraños que ahora los extraña y se pone feliz al reflexionar que no es ninguno de los dos grupos ahora. Piensa en su pareja, antigua, pero aún así pareja.
Al fin se despide de la cafetería, de la cuenta sin pagar, del señor que corre tras ella, de las meseras que le tiran los cubiertos y saluda por primera vez a un carro en movimiento. Era la primera vez que lo hacía y resultó ser hermoso. Ser arrollada tal vez fue lo mejor que le haya pasado, claro que después murió, y eso también fue estupendo. Pero en realidad, nunca supo que se había muerto, ya estaba muerta cuando pasó. Toda una vida, para no estar en el último momento. Qué desperdicio.
-David Muñoz Santos.

***

Cuando te miro
Cuando te miro, siento que el mundo se desvanece,
La razón es derrotada y mi juicio desaparece,
De repente, todo gira en torno a ti.
Cuando te hablo, mi corazón se exprime,
La ternura que se esconde dentro de mi escapa,
Empieza a hablar mi corazón,
Desapareciendo todo rastro de la razón.
Cuando estás conmigo todo cambia,
El día por mal que este se torna alegre
Anulas todo sentimiento de tristeza y melancolía,
Y los reemplazas con ternura, felicidad y alegría….
Eres lo que siempre había buscado,
Esa persona que toda la vida he querido a mi lado,
Y ahora que te tengo te dedico este poema,
Para que nunca olvides lo mucho que este hombre te ama,
Para que jamás queden en recuerdos todas estas bellas palabras,
Para que sepas que siempre estaré a tu lado,
Para que te des cuenta de que tú eres lo que siempre he anhelado…
Y para que sepas, que a pesar de que algún día me dejes de querer…
A pesar de que encuentres a otro hombre que te endulcé tus oídos…
Tu siempre estarás en mi corazón, lejos de el olvido.
Nicolas Gil Sanchez.

***

¡Una ambulancia, rápido, necesito ayuda, he matado a mi padre!
Esas fueron mis palabras hace un mes exactamente, cuento los días desde ese trágico suceso, lo recuerdo llorando todas las noches e intentando llenar mi cabeza de tontas ideas de los sucesos, sin lograr captar un pensamiento claro , pero todo es en vano, no recuerdo nada, simplemente no fui yo, ¿Cómo podría un hijo matar a su padre?
El patio trasero, la piedra en mis manos y mi padre muerto, es lo único que acompaña mi memoria, no sé cómo llegue hasta allí, no sé porque él estaba ahí, todo es vacío hasta que vuelvo en sí, soy yo de nuevo y no ese ser irracional que me controla, que todas las noches me envuelve en una pesadilla profunda y no deja que despierte, me temo, no puedo controlar mi cuerpo, pero este asesinato ya fue la gota que reboso la copa, no puedo dormir tranquilo de pensar que despierte con un muerto al lado, extraño mi vida.
Debí haberlo notado, esas pequeñas señales de egoísmo y furia en mí, mis cambios drásticos de humor, mis ganas de poseer alma inocente, como no lo note, si tan solo no hubiera abierto ese libro, pero la curiosidad me gano… No siempre debes saberlo todo, a veces es mejor no saber nada.
Un regalo de mi novia ¡El libro de ocultismo!, lo había anhelado bastante, pues era mi tema preferido, el ocultismo era lo mío, en ese entonces fue un regalo grandioso, solo en ese entonces. Leí y leí, no podía parar, era un libro inmenso y lleno de conocimiento, un conocimiento que yo tendría gracias a él. Sentía que el libro era parte de mí, debía llevarlo a todo lugar, quisiera devolver el tiempo.
Mi queridísima novia, huyo de mí, la espante tanto que no la he visto en dos meses, no sé qué será de su vida, era mi apoyo, mi bastón, pero como todo, se rompe, le rompí su corazón, o tal vez no fui yo, fue aquel ser que hasta el dia de hoy me controla, estúpido ser.
Había leído ya la mitad, me sentía orgulloso, pero mis actitudes sociales no eran las mejores, cada dia estaba más solo, pelea tras pelea, pero no me percataba de ello, solo importaba mi libro y yo, ese curioso libro, tan sutil pero poderoso. Estaba adelgazando, claro, la comida ya no era mi alimento, era el conocimiento del escrito, con eso me bastaba, mi salud empeoraba, era consciente de lo mal que yo estaba pero no importaba, debía leerlo por completo. Pasaban los días y no lo notaba, la habitación ahora era mi burbuja y no quería que alguien entrara, ni siquiera mi padre, que mostró su interés en mí varias veces, pero me hice el de los oídos sordos, él ya estaba envejeciendo así que seguramente era uno de sus reproches, estaba muy equivocado, quisiera haberlo escuchado, pero ya no se encuentra en este mundo.
Transcurrieron muchas cosas a mí alrededor, nadie notaba mi ausencia, ya no existía.
Al finalizar el libro, algo más habitaba en mí, no era el mismo, bueno, hace un tiempo que no lo era, me sentía más extraño, después, ya no me encontraba en mi cuerpo, perdía la memoria, estaba en lugares poco comunes y tenía heridas que yo nunca podría haberme hecho.
No quiero sufrir más, no puedo soportarlo, no cabemos dos en uno, y no lo dejare en este mundo para que cause el mal, me quiere a mí, a nadie más, mi niñez fue estupenda, mi adolescencia aún más, pero debo irme, terminar con esto ya.
Valentina Hernandez.

***


Aquellas gotas de lluvia, cantando en su perecer,
himno entonaron suave, al que es y deja de ser.
Melodía de luz y sueño, hallaron artistas perdidos,
concepción a conclusión, día y noche sentidos.

Temporal y aún tan eterno, recuerdo suave en el alba,
brillo que el cielo emana, brisa cual hojas salva.
Variable y cándido techo, trascendencia de savia y roca,
Amada danza en el agua, belleza que nunca es poca.

Al último respiro en marcha, sensación viva retoca.

Andrés Velásquez L.



***
Déjame amarte, amor mío
Déjame sonreír cada día a causa de la felicidad que en mi provocas,
Déjame verte con la ternura y el deseo que quiero,
Déjame enamorarme de ti,
Déjame ser feliz, pero a tu lado,
Déjame sumergirme en la marea de tus ojos,
Nadando entre la espuma de tus cejas y sujetándome en los peldaños de tus pestañas,
Déjame recorrer las llanuras de tu piel,
Cabalgando en el corcel del amor y sintiendo cada centímetro de ese bello paisaje,
Déjame perderme en la enredadera de tu boca,
Recorriéndola y mezclándome con ella,
Déjame cobijarte con mis abrazos,
Déjame tomarte de la mano,
Déjame cerrar los ojos y sentirme seguro,
Ya que si estas a mi lado siempre estaré bien,
Deja que mi corazón bombee amor,
Deja que mi estómago sea la guarida de mis sentires,
Deja que mis músculos tiemblen cada vez que te veo,
Deja que mi voz tartamudee cuando te nombro,
Deja que “te amo” sea mi lema,
Déjame susurrártelo al oído,
Déjame amarte, amor mío.
Déjame, pero no me dejes,
Déjame hacer cada una de estas cosas, pero nunca te alejes,
Déjame ser tuyo, y déjame poseerte,
Deja que solo seamos solo tú y yo y que nunca haya un tercero,
Déjame estar a tu lado por siempre porque si lo haces
Dejare todo lo malo y te amare hasta el final.

Nicolas Gil

1 comentario:

  1. Todos estan buenos excepto el de nicolas castillo. Esta mal redactado, esta muy simple y comun, tanto asi que parece cuento copiado de los hermanos green... por ejemplo cuando lei la parte donde dice que los padres se mueren o.o eso quedo muy ficty tuene que nitarse real pero paso de la nada, ne entiendes? debes mejorarlo porque no esta al nivel de los demas escritos.
    Vale te felicito, y te hago las siguientes sugerencias:
    En el segundo parrafo dices suceso dos vecesy en ese mismo parrafo dices: "simplemenrte no fui yo", preferible que escribas simplemente no puedo creer que haya sido yo o algo asi porque en el primer parrafo dices he matado a mi padre entonces no cuadraria.en el quinto parrafo, al final dices quisiera devolver el tuempo pero eso queda muy fuera de contexto, enyonces es mejor omitirlo y dejar hasta donde dices queria llevarlo a todas partes o sino meterle algo como: "queria llevarlo a todas partes... rayos, quisiera devolver el tiempo.. si me entiendes? es meterle algun conector. En el sexto parrafo podrias omitir estupido ser, porque queda muy suelto ....en el septimo parrafo dice solo importaba mi libro y yo, entonces podria sponer solo ME importaba mi libro y yo, o solo ME importaba ese gran libro y yo, o bueno algo asi pero resaltando el "me"... y en el mismo parrafo dice la comida ya no era mi alimento, era el cobocimiento.. entonces eso se entiende como la comida era el conocimiento.. para que quede mejor redactado pidrias cambiar mi alimento ya ni era la comida, era el conocimiento etc..... y pues esas son mis sugerenvias en cuanto a la redaccion. Ahora me oarece qye cabe aclarar y el tipo quedo en ka carcel oalgo asi, xq entonces el mato al papa y ya? entonces podrias poner en el tercer parrafo donde dice no puedo dormir tranquilo de pensar que despuerte con un muerto al lado, bueno, claro que encerrado en las cuatro paredes de esta celda, no creo que eso suceda... y ahi si pones extraño mi vida... listo esas son mis sugerencias espero las tengas en cuenta para la mejora de tu libro

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